Ella es el alma de la librería L'Espolsada de les Franqueses del Vallès (Barcelona), especializada en literatura infantil y narrativa para adultos. Un proyecto que lidera desde hace más de quince años y que, gracias a su pasión y esfuerzo, podemos afirmar a todos los que la conocemos que es mucho más que una librería.

Como enamorada de los álbumes ilustrados, cada viernes nos ofrece un espacio en sus redes sociales para compartir lo que para ella es la #illustraciodelasetmana.

¿Cuándo y por qué decidiste crear este hashtag o sección?

No sabría decirte exactamente, pero ya desde el inicio... Para mí la ilustración siempre ha sido muy importante, desde pequeña ocupa un lugar muy especial y al abrir la librería pensé que debía tener un espacio propio, no sólo con los libros sino también a través de una programación de actividades que acercasen esta disciplina artística al público, tanto infantil como adulto. Más tarde las redes sociales me dieron la oportunidad de dar a conocer un trabajo que creo que hoy en día todavía no tiene el reconocimiento que merece.

¿Qué valor crees que tiene la ilustración para la infancia en el mundo digital y audiovisual en el que estamos inmersos? 

La imagen lo es todo ahora mismo. Vivimos en un mundo visual y esto tiene un peligro porque también está muy fragmentado, porque muchos niños (y adultos) no aguantan leyendo tres páginas seguidas... El valor de la ilustración es la magia que aporta. Es la semilla para descubrir y amar el arte. La riqueza de lenguajes que encontramos hoy en día es muy grande. Con autores que han logrado plasmar una mirada propia y reconocible. Pienso que es muy necesario trabajar la cultura del silencio para detenernos y disfrutarla con la calma y la atención que requieren este tipo de imágenes.

Sabemos que eliges personalmente y cuidadosamente los álbumes ilustrados que podemos encontrar en tu librería. ¿Cuál suele ser tu criterio? 

Me resulta difícil... A menudo es muy intuitivo. Yo siempre defiendo que la literatura debe ser muy vivencial y pienso que con la ilustración también me ocurre lo mismo. Debe decirme algo y no tiene por qué ser siempre agradable. Que me remueva por dentro, que me provoque, que no me deje indiferente... Pienso que éste es el sentido del arte, no sólo complacer. A veces son libros pretendidamente infantiles pero en realidad no son para niños. Por suerte tengo un público adulto al que no le da vergüenza comprar libros ilustrados.

Bajo tu punto de vista, ¿cómo definirías el panorama actual de la ilustración, como forma de arte dirigida a la infancia?

Yo creo que estamos viviendo un momento muy dulce. Concretamente en nuestro país tenemos un plantel de artistas con proyección internacional que se muestran creativos y atrevidos, a veces mucho más que en otros países más conservadores. Y merecería la pena que su trabajo fuera más reconocido, sobre todo desde las escuelas.

Cada vez es más habitual encontrar exposiciones de ilustración en las galerías o incluso en museos importantes, pero sigue siendo un hecho bastante excepcional. ¿Crees que la ilustración para la infancia irá ganando terreno en el mundo del arte y sus circuitos? 

Quisiera creer que sí pero desgraciadamente todo lo que huele a "infantil" es menospreciado, considerado como algo pequeño, de poco valor y no se es suficientemente consciente de la importancia que tiene en la formación de la sensibilidad de las personas adultas que serán mañana. Cuanto más enriquecidos de pequeños, adultos más "potentes". Y no sólo niños, adolescentes y adultos deberían tener más oportunidades de descubrir este mundo artístico que va mucho más allá de la infancia.

Y por último, sabemos que como apasionada de la ilustración te gusta rodearte de obras de tus artistas favoritos. ¿Nos podrías hablar de tu colección particular? 

Así es. En casa tengo obras de Ramon París, Dani Torrent, Albert Asensio, Jutta Bauer, Xavier Salomó, Marta Altés, Jimmy Liao, Núria Solsona y muchas cosas de Sempé y Hergé, soy muy fan... También de Mercè Galí, me encanta su trabajo. Lo que me gusta es que es una colección en la que conviven obras de ilustradores, pintura, dibujos de mi hijo o arte popular... No hago distinción, todo es cultura visual. Como también lo son los libros, que están por todas partes. Ahora mismo en la mesa del salón tenemos la Blancanieves de la Beatrice Alemagna junto a un catálogo de la Georgia O'Keeffe... Para mí todo enriquece la mirada y para tener un criterio, de pequeña has tenido que mamar de todo.